Era uno de los personajes más carismáticos del centro de San Luis, caminador de la plaza Pringles, con su eterna venta de lapiceras, de las que algunas escribían. Pero era imposible enojarse con él por la calidad de la tinta de su producto. “El Cholito” era un hombre bueno, un conversador atento y un vociferador a la estatura de los antiguos canillitas.

Tenía 80 años y hace un tiempo que no se lo veía en sus paradas habituales. Primero porque una sobrina se lo había llevado a vivir a Córdoba hace ya algunos años y luego por decisión propia. Su ausencia en las calles puntanas, que no pudo pasar desapercibida, alimentó el rumor que había muerto, en 2022. En esa ocasión él mismo y su pariente se encargaron de desmentir la fatídica noticia. Hoy, tres años después, hay que confirmarla.

“Choli

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