El mundo del arte contemporáneo volvió a sacudir titulares con una pieza que, aun rodeada de polémica desde su creación, mantiene intacta su capacidad de convocar miradas. Esta semana, en Nueva York, un inodoro de oro de 18 quilates volvió a convertirse en protagonista absoluto de una subasta multitudinaria, donde compradores internacionales se disputaron obras tan dispares como esculturas, pinturas y piezas conceptuales. Entre ese mosaico de propuestas, la creación dorada de Maurizio Cattelan reclamó su propio foco.

La pieza, lejos de ser una simple extravagancia, volvió a demostrar que el arte contemporáneo se alimenta tanto de provocación como de técnica. Lo que inició como una crítica irónica a la opulencia terminó convertido en un objeto de deseo para coleccionistas. Y en esta su

See Full Page