La crisis que vive Colombia no es casualidad. Es consecuencia directa de decisiones del actual gobierno de Gustavo Petro. Tres años después, el país está más inseguro, con la economía casi parada y las instituciones debilitadas.

Pero este mismo caos abre una puerta: la oportunidad de reconstruir. Recuperar la seguridad exige autoridad efectiva en todo el territorio y presión constante contra los grupos ilegales. Reactivar la economía necesita reglas claras, seguridad jurídica y apoyo real a quienes generan empleo. Fortalecer y devolver la seriedad a las instituciones es fundamental.

Colombia ya superó momentos mucho más duros cuando parecía imposible. No estamos condenados a seguir así. El 2026 será decisivo, pero la reconstrucción empieza hoy: con propuestas claras, unión y la decisión

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