La economía de Trinidad y Tobago enfrenta un escenario de incertidumbre tras la decisión del Gobierno de reducir drásticamente los permisos de trabajo para migrantes venezolanos.

Agricultores, hoteleros y comerciantes advierten que la medida podría golpear sectores clave de la producción y los servicios, en un contexto marcado por tensiones diplomáticas con Caracas y el despliegue militar estadounidense en el Caribe.

Historias de vida bajo amenaza

Uno de sus empleados, Luis Paladino, de 29 años, dejó a su familia en Venezuela hace siete años y trabaja los siete días de la semana, aunque vive con el temor constante de ser deportado.

Los permisos de los migrantes registrados vencen el 31 de diciembre de 2025, y el Gobierno de la primera ministra, Kamla Persad-Bissessar planea renovar sol

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