Frente a las playas de Necochea, en la provincia de Buenos Aires, descansan los restos sumergidos de un submarino alemán , confirmado por expertos internacionales y señalado por el testimonio de un hombre que, con 94 años, decidió contar lo que vio con sus propios ojos.

Apenas a 28 metros de profundidad y no lejos de la boca del puerto de Quequén, yace un submarino de guerra del Tercer Reich.

Eso fue lo que encontró el periodista Abel Basti tras décadas de rastrear las huellas de los desembarcos alemanes en el sur de América. Su búsqueda tuvo muchos escollos, desde archivos destruidos hasta silencio cómplice. Pero el hallazgo de un submarino hundido, validado por expertos de la Liga Naval Italiana, transformó rumores y leyendas en un hecho duro: “Hicimos dos pericias. Una nacional

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