De los ocho candidatos presidenciales que compitieron en la primera vuelta, tres de ellos obtuvieron votaciones que rondaron el 1%, representando en conjunto poco más de 400 mil votos, es decir, apenas el 3% del total de sufragios a nivel nacional. Este elevado número de candidaturas no es ajeno a lo que hemos tenido en otras elecciones -en la de 2013 hubo de hecho nueve abanderados-, como tampoco que en cada contienda haya candidatos que obtengan votaciones simbólicas. Es cierto que la primera vuelta permite depurar el escenario y concentrar los votos en los dos que tengan la mayoría de las preferencias, pero igualmente cabe preguntarse si resulta razonable que en una contienda presidencial exista tal cantidad de candidatos.

Es parte del juego democrático que cualquier ciudadano que cump

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