Lyon , considerada la tercera ciudad más importante de Francia (por detrás de París y Marsella ), pero reconocida como la capital gastronómica del país, se transforma en un espectáculo de luz y color cada mes de diciembre. La razón: la celebración de su mítica Fête des Lumières o Fiesta de las luces, uno de los eventos más esperados del año en la ciudad. La fiesta se lleva a cabo anualmente en torno al 8 de diciembre, coincidiendo con el puente de la Constitución y de la Inmaculada, por lo que se antoja como un maravilloso plan para esos días . Durante cuatro increíbles noches , al caer el sol, Lyon se llena de vistosos espectáculos de luz y sonido que no dejan indiferente a cualquier visitante agradecido.

Los orígenes de la Fiesta de las luces se remontan al siglo XVII , específicamente a 1643. En ese año, en medio del azote de la peste, los lioneses hicieron una promesa solemne a la Virgen María. El ruego consistía en que, si la ciudad era protegida de la epidemia, ellos la honrarían erigiendo una estatua en la cima de la colina de Fourvière, uno de los lugares más conocidos y más visitados de la ciudad. Aparentemente, aquel ruego fue escuchado, aunque la promesa tardaría siglos en cumplirse. Dos siglos después, en 1850 , las autoridades religiosas pusieron en marcha un concurso para crear la estatua prometida. La inauguración estaba originalmente programada para el 8 de septiembre de 1852, pero una inundación del río Saona, que cruza la ciudad, obligó a posponerla hasta el 8 de diciembre. 

Cuando llegó la nueva fecha, el mal tiempo amenazó nuevamente con cancelar la ceremonia. Sin embargo, el cielo se despejó de manera milagrosa y los ciudadanos, en un acto de agradecimiento y deseo de comunión colectiva, decidieron colocar velas en los alféizares de sus ventanas, iluminando así toda la ciudad. A partir de ese momento la tradición se afianzó y cada 8 de diciembre los lioneses colocan velas en sus ventanas. Eso sí, la modernización y la transformación en el gran festival que conocemos hoy comenzó en 1999, cuando la ciudad empezó a adornarse e iluminarse con diferentes instalaciones lumínicas diseñadas y proyectadas por grandes artistas de la ciudad y de todo el país.

Artistas de la ciudad y de todo el país exhiben sus grandes obras lumínicas durante la fiesta

Hoy en día, aunque la costumbre de las velas sigue viva, el festival consiste en elaboradas instalaciones luminosas y proyecciones digitales. La Fête des Lumières se ha convertido, por méritos propios, en un centro de arte contemporáneo al aire libre . El festival tiene la ambición de exhibir al público una amplia variedad de escenografías innovadoras y sorprendentes, enfocadas en lugares que forman parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad como iglesias, instituciones o parques. Lyon se transforma, por lo tanto, en un inmenso terreno de expresión y creatividad. Calles, plazas, fachadas de monumentos emblemáticos, fuentes, parques y paseos acogen instalaciones artísticas creadas por diseñadores de iluminación, artistas visuales y videoartistas tanto locales como internacionales. 

Dichos artistas, considerados la flor y nata de la luz, presentan cada año casi un centenar de creaciones a lo largo de varias noches, las que preceden a la del 8 de diciembre. Las instalaciones lumínicas se distribuyen en una veintena de puntos diferentes, aunque el festival se desarrolla principalmente en los históricos barrios del Vieux Lyon y de la Presqu’île. Lugares emblemáticos como la plaza de los Terreaux, donde la fuente de Bartholdi puede cobrar vida en un ballet acuático con fondo musical, son parte del éxito de la fiesta. Otros espacios imprescindibles son la plaza Bellecour, la Rue de la République, la catedral Saint-Jean, la colina Fourvière o el parque de la Tête d’Or.

Valor cultural, económico y solidario

La Fiesta de las luces es un evento totalmente gratuito para el público. Este festival masivo atrae a varios miles de visitantes cada año. Las celebraciones suelen concentrarse en horarios vespertinos, a partir de las siete de la tarde habitualmente. Más allá de su valor cultural, el festival es un motor económico para la ciudad de Lyon. Además, la tradición solidaria sigue vigente a través de la iniciativa 'Lumignons du Cœur', un proyecto participativo en el que el público realiza un acto solidario comprando velas por un precio simbólico, y todas las donaciones recaudadas se destinan a una organización benéfica seleccionada. Por ejemplo, en 2024, los beneficios se destinaron a Alynea-Samu Social 69 para la lucha en favor de viviendas adecuadas.

Debido a la gran afluencia de público , se recomienda planificar el viaje y reservar el alojamiento con la mayor antelación posible. Para disfrutar de la fiesta también es aconsejable evitar el uso del coche, ya que los aparcamientos céntricos cierran y el centro de Lyon está cerrado al tráfico por las noches. La mejor manera de desplazarse es a pie, aunque el transporte público funciona (y además es gratuito la misma tarde del 8 de diciembre). Dado que los inviernos en Lyon pueden ser fríos, se recomienda abrigarse bien con abrigo, gorro, bufanda y guantes para apreciar a gusto cada instalación y cada esquina de la ciudad.

En definitiva, la Fiesta de las luces de Lyon se ha consolidado como un evento que regala a quien participe una experiencia poética, mágica y onírica. El festival, que celebra la riqueza del patrimonio de la ciudad, se esfuerza por ofrecer obras artísticas de alta calidad, empleando tecnologías modernas de iluminación. Una fiesta que, nacida de una antigua promesa, garantiza que Lyon se mantenga como un referente mundial de la luz, cautivando a visitantes de todo el mundo que acuden a admirar una explosión inolvidable de emoción colectiva.