La cercanía de la temporada decembrina impulsa a muchas familias a elegir los adornos con los que adornarán sus hogares. Entre las opciones más comunes están los inflables decorativos y el tradicional árbol de Navidad. Aunque ambos cumplen funciones distintas, una duda frecuente es cuál de los dos representa un mayor consumo de energía y, por tanto, un impacto más elevado en el recibo eléctrico.
Según el análisis realizado con inteligencia artificial, los adornos inflables son los que más energía demandan.
Estas figuras requieren un motor o ventilador para mantenerse en pie, además de luces internas en algunos modelos, lo que eleva su consumo promedio a entre 100 y 240 watts. El gasto final depende del tamaño del adorno y del número de horas que permanezca conectado.
En contraste, las l

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