Un torrencial aguacero desbordó el cauce del río Grđevica y convirtió las calles de Budva en corrientes implacables, arrastrando vehículos y dejando a la vista la vulnerabilidad del drenaje urbano.

La ciudad costera de Budva, en Montenegro, vivió en las últimas horas un episodio extremo de lluvias que transformó calles, avenidas y aparcamientos en auténticos ríos urbanos. El cauce casi seco del río Grđevica se convirtió en un canal furioso que arrastró decenas de vehículos desde un aparcamiento ubicado en su lecho, mientras los barrios más bajos quedaron anegados por la riada. La tormenta, que se registró con una descarga intensa en pocas horas, alcanzó tal magnitud que los sistemas ordinarios de drenaje y desagüe no pudieron contenerla.

Los conductos, alcantarillas y canales de evacua

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