Han pasado cincuenta años desde que el régimen anunció por televisión la muerte de Franco, pero viendo a la dirección del PSOE cualquiera diría que lo tienen de becario en Ferraz, listo para salir del congelador cada vez que vienen mal dadas. Cuando la inflación aprieta, la sanidad hace agua o el paro juvenil asfixia a España, siempre aparece el mismo truco: se agita el “francomodín” y asunto resuelto, la culpa es del dictador, que debe de estar agotado de gobernar desde la tumba.

En toda España lo estamos viendo con claridad. Se habla mucho de memoria, pero muy poco de alquileres imposibles, de jóvenes que encadenan becas mal pagadas, de familias que no llegan a fin de mes o de la precariedad en los servicios esenciales. Todo eso obliga a dar explicaciones, asumir errores y enfrentarse a

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