Continuamos con Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral

Antonio Lomelín

Debutó en la placita La Aurora en 1964, que por esos años funcionó al noreste de la capital, cuando empezaba a formarse el inmenso suburbio conocido como Ciudad Nezahualcóyotl, en honor del poeta soberano de Texcoco, que tuvo sus dominios a la orilla del inmenso lago donde ahora habitan millones de personas.

Nacido en Acapulco solo 18 años antes, era un novillero sobrado de valor que intentaba todas las suertes con capa, banderillas y muleta. Llega a la México al año siguiente, para empezar una andadura taurina basada siempre en la emoción que le imprimía a su toreo.

Además del valor, demostraba algo más: una estupenda figura de toreo y una personalidad que lo identificaba con l

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