Una reciente investigación ha revelado que una tabla de eclipses del siglo XI permitió a los mayas predecir fenómenos celestes con un margen sorprendente: menos de una hora de error cada 134 años , gracias al uso de ciclos astronómicos que hoy la ciencia moderna denomina saros e inex.
Esta precisión de acuerdo con los especialistas, demuestra un nivel de conocimiento avanzado para una civilización que floreció mucho antes de que Europa desarrollara herramientas como el telescopio.
Mucho antes de la llegada de los colonizadores, los mayas ya relacionaban el cielo con su vida ritual, su arquitectura y su organización del tiempo. Entre los siglos III y IX d. C., cuando su esplendor cultural se reflejaba en ciudades como Chichén Itzá , la astronomía ocupaba un lugar central en su identid

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