Su disolución no solo eliminaría los últimos límites formales a los arsenales nucleares de ambas potencias, sino que también marcaría el fin de una era de acuerdos que, durante décadas, buscaron reducir el riesgo de una confrontación nuclear directa.

La comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo se deteriora un acuerdo tácito que mantuvo a raya la amenaza nuclear durante más de 30 años. Rusia y Estados Unidos, las dos mayores potencias atómicas, han dado pasos que podrían abrir un capítulo especialmente tenso en la política global: la reanudación de pruebas nucleares.

Un conflicto que escala paso a paso

La situación se aceleró cuando Vladimir Putin anunció resultados positivos en las pruebas del torpedo nuclear Poseidón, un arma capaz de generar tsunamis radiactivos

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