“Yo me siento más que orgullosa de haber tenido una cuna tan especial y maravillosa como lo es la cuna de Ponce”, puntualizó en un diálogo cándido y franco la diva puertorriqueña Ednita Nazario.

Sus palabras, elogios, memorias y convicciones afloraron mientras conversaba en un escenario atípico, pero familiar. Cercano e inolvidable. Estaba en el mirador de la Cruceta del Vigía y en el telón de fondo posaba su ciudad señorial.

Allí se sintió empoderada, una vez más, como cuando se entrega a miles de almas libres y cantantes, con micrófono en mano. Y allí participó de un junte con otra ponceñista que, al igual que ella, anhela una tierra de oportunidades, para todos.

Era la alcaldesa de Ponce, Marlene Sifre Rodríguez. Y juntas celebraban desde el regalo de la amistad, hasta la gesta de re

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