El viraje discursivo del vicepresidente J. D. Vance se convirtió en el nuevo eje de la estrategia económica del Gobierno de Donald Trump, al reconocer abiertamente que persiste un profundo escepticismo ciudadano sobre los resultados de la agenda interna. Vance, en un tono inusualmente conciliador, pidió “paciencia” para que las familias sientan un eventual repunte económico, una admisión que contrasta con la retórica triunfalista del presidente, quien insiste en que el país ya vive un auge. La diferencia de enfoques exhibe las tensiones internas del oficialismo, urgido por afinar su mensaje rumbo a las elecciones de mitad de periodo.
El reconocimiento del malestar social fue central en la intervención de Vance durante un evento organizado por Breitbart News, donde aceptó que el costo de v

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