Las historias de las personas comunes que sobresalen, no siempre se las muestra en grandes marquesinas, porque cobran relieve por su humildad y esa notoriedad surge de lo cotidiano y de pensar que todos lo podemos lograr.

Sin pretender ser un ejemplo, aunque su actitud frente a la vida así lo amerita, la decisión de Claudia Fernández de volver a practicar natación después de varios años y de “ser mamá” como ella lo dice, es digna de destacar, tanto que ni ella misma imaginó que su retorno a la pileta le iba a abrir la puerta a tantas inimaginables metas y aventuras.

Un natatorio que abrió sus puertas en día no laborable para que podamos hacer esta nota, es un gesto digno de agradecer a toda la gente del Instituto José Peña del barrio Villa Cabrera, lugar donde nos encontramos con Claudia

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