El testimonio gráfico de la sonrisa de satisfacción y alegría que experimentó el rostro de la Reina Sofía en la mañana del 22 de diciembre de 1975, cuando escuchó el clásico «¡Viva el Rey¡» del presidente de las Cortes franquistas tras la proclamación de su marido, Don Juan Carlos de Borbón, fue tan evidente que ha quedado como prueba innegable de su gozoso júbilo. Sonreír levemente fue lo primero que hizo al darse cuenta de que, a partir de ese momento, las cosas iban a cambiar. Que los trece largos años de espera e inquietud por si Franco cambiaba su decisión de que el Príncipe Juan Carlos fuera su sucesor habían terminado, o que iban a cesar las humillaciones por parte de algunos miembros de la familia del dictador en su afán de mantener el poder tras su muerte. Todo ello hizo que la
El bastón de la Corona
La Razón2 hrs ago
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