A solo días del esperado regreso de Bandana a los escenarios, la interna del emblemático grupo pop volvió a encenderse con fuerza.

Lo que debía ser una fiesta marcada por la nostalgia y la celebración de sus 25 años terminó revelando un clima interno desgastado, donde las tensiones entre sus integrantes ocupan el primer plano.

La primera señal llegó cuando Lissa Vera, visiblemente agotada, decidió bajarse de todas las notas de prensa previstas en la previa del recital.

Su ausencia expuso la fragilidad del vínculo con Lowrdez Fernández, con quien históricamente mantuvo una relación cercana.

Según reconoció, todavía no lograron hablar tras los enojos que surgieron cuando Fernández reaccionó de manera contundente en medio de la denuncia por violencia de género que Lissa realizó contra su

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