Las soluciones antidrones del futuro no siempre serán láseres o satélites sofisticados: podrían venir del cargador de un fusil de asalto estándar. En Estados Unidos se han probado rondas especiales de 5,56 × 45 mm , diseñadas para derribar drones pequeños. Según la empresa fabricante, esta munición permite que los soldados transformen un rifle de infantería en una especie de arma antiaérea de corto alcance.
Disparadas desde rifles convencionales (como AR-15, SIG MCX o cualquier fusil compatible con munición OTAN de 5,56), sin necesidad de modificaciones especiales: solo hay que cambiar el cargador. Al dispararse, la bala no vuela recta como una convencional: pierde estabilidad (tiene un centro de masa desplazado) y empieza a “temblar” a los 10-15 metros después de salir del cañón.

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