El Gobierno ha terminado de procesar el estado de sorpresa que provocó la victoria de octubre. Ingresó en otra etapa. La de un liderazgo reforzad o, el de Javier Milei. La del impulso a todos los proyectos de reformas imaginados sin reparar en que podría surgir algún obstáculo. La de cierta sensación de invencibilidad. Quizá de ese ánimo brotó el vaticinio del Presidente acerca de que en el futuro “el mundo podría hablar de crecer a tasas argentinas”, una reconversión de la referencia que alude siempre a China.

Los libertarios creen convencidos que están ahora, luego de las legislativas, mucho mejor que cuando llegaron en 2023 al poder tras imponerse en el balotaje. Computan la experiencia ganada y la fortaleza indiscutida, comparada con el origen, que obtuvieron en el Congreso. Descree

See Full Page