A veces la paz no llega cuando uno la busca, sino cuando uno deja de hacerlo. Eso le ocurrió a Sara Carbonero , que a sus 41 años ha encontrado un equilibrio inesperado lejos de los focos. No fue un hallazgo repentino. Fue un proceso lento, íntimo, hecho de rutinas pequeñas. Y una de esas rutinas empieza cada mañana con un zumo muy especial: una mezcla de naranja y zanahoria rica en vitamina C y betacarotenos , un ritual que se ha convertido en su forma de cuidarse por dentro y por fuera.
El cambio tiene un punto de origen cuando su cuerpo frenó lo que su mente aún no quería detener. El cáncer de ovario que le diagnosticaron en 2019 paralizó su vida y la obligó a mirarse de frente. “Aprendí a observar la muerte. Y a partir de ahí aprendí a vivir”, dijo en una ocasión. De

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