Por José Valle, especial para La Brújula 24

En una noche cargada de sueños y expectativas, el destino tejió un revés para el boxeo argentino. En la lejana y deslumbrante Arabia Saudita, el invicto y la ilusión de Fernando "Puma" Martínez se desvanecieron bajo las luces del cuadrilátero. No fue una derrota cualquiera, fue el punto final momentáneo de una racha inmaculada que había elevado al "Puma" a la cima del mundo.

Estaban en juego las coronas de la categoría Supermosca de la AMB, OMB y CMB, los máximos laureles que un pugilista puede aspirar a ceñirse. Pero enfrente no había un rival más, sino un torbellino de técnica y velocidad llamado Jesse "Bam" Rodríguez. El texano, con la juventud y el hambre de quien busca la gloria total, impuso su ritmo desde la primera campanada. Su boxeo

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