Lo que debería ser un epicentro de entretenimiento se ha convertido en una fuente de polémicas y quejas. El escenario Vive Claro, en Bogotá, se encuentra en el ojo del huracán por dos graves problemas que afectan directamente a sus usuarios y vecinos: las constantes inundaciones que arruinan la experiencia de los asistentes y el ruido ensordecedor que, según el Hospital Universitario Nacional, atenta contra el bienestar de sus pacientes.

Las recientes y fuertes lluvias en la capital dejaron en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad del escenario. Videos que se hicieron virales en redes sociales mostraron el complejo completamente inundado, con asistentes tratando de resguardarse en medio de enormes charcos.

Esta situación revivió una vieja controversia. Usuarios y defensores ambiental

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