La renuncia de la congresista Marjorie Taylor Greene, una de las figuras más visibles del ala dura republicana , cayó como una granada política en un partido que hace apenas diez meses parecía imbatible, pero que hoy luce fracturado y vulnerable de cara a las elecciones legislativas de 2026 en Estados Unidos .

No solo sorprendió su dimisión, sino las palabras que usó para justificarla, acusando a las élites políticas y a su propio partido de "aprovecharse del pueblo" y ser un nido de corrupción.

Aunque las grietas internas ya se percibían, el primer "campanazo" llegó con las elecciones del pasado 4 de noviembre, en las que los republicanos perdieron en casi todos los estados donde competían, cayendo incluso en contiendas que consideraban seguras.

En Virginia, por ejemplo, los demócratas

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