La fachada del Hospital Santa Lucía de Cartagena, cuyo bloque cinco fue devorado por las llamas en cuestión de minutos durante el amanecer de este miércoles sin causar víctimas ni heridos, está revestida de paneles de aluminio rellenos de polietileno, una mezcla altamente inflamable que el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, dependiente del CSIC, desaconsejó utilizar para la construcción de edificios en el año 2008. Se trata del mismo material que se encontraba cubriendo la fachada del bloque de pisos de Campanar, en Valencia, en cuyo incendio murieron 10 personas en 2024 ; de la Torre Ámbar de Madrid , que ardió en 2020; y de la Torre Grenfell de Londres, en una tragedia que dejó en 2017 un total de 72 muertos y que supuso un punto de inflexión en Reino Unido para revisar los materiales con los que están recubiertos los edificios.

El centro hospitalario de la ciudad portuaria, inaugurado en 2011, de forma posterior al dictamen del CSIC, se encuentra además señalado por un informe técnico de calidad de materiales del mismo instituto, así como por una moción impulsada por Podemos y aprobada en la Asamblea regional en febrero de 2025, pese a los votos en contra el PP, que instó al Gobierno regional a chequear las instalaciones del Santa Lucía para asegurar que no corría riesgo de sufrir incendios. Pero todo quedó ahí.

El Santa Lucía ha sido víctima de dos fuegos en su corta historia: el de este miércoles se une al que ocurrió en agosto de 2015, también con una furia descontrolada, que en menos de media hora calcinó otra parte de su fachada, la correspondiente al bloque uno. Ese incendio lo originó una colilla que alguien abandonó sin apagar en una sala de mantenimiento del hospital. En el suceso de hoy, fuentes del cuerpo de bomberos apuntan a una de las terrazas exteriores, y la Policía Nacional ya trabaja con la posibilidad de que otra vez haya sido una colilla la causante de las llamas. En ambos casos evitó una fatalidad la rápida actuación del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Cartagena, cuyo parque principal se encuentra a escasos metros del hospital.

Fuentes de la Consejería de Salud han asegurado a este diario, en un comunicado, pese a la moción de febrero que obligó al Ejecutivo a analizar exhaustivamente la fachada del centro hospitalario, que el “edificio está diseñado conforme a los criterios funcionales y constructivos en la época que se elaboró el proyecto arquitectónico”. “En la última renovación de autorización sanitaria de mayo de 2025, el hospital cumplía con las medidas de protección contra incendios y con los planes de evacuación”, han señalado desde la cartera dirigida por el consejero Juan José Pedreño.

Los paneles del Hospital Santa Lucía, al igual que los del edificio de Valencia o de Madrid que ardieron en 2024 y 2020, respectivamente, están producidos por la mercantil española Alucoil SA, de la que dos de sus directivos se encuentran imputados a raíz de la investigación de un tribunal italiano por el incendio en 2021 de la torre dei Moro en Milán. Se les acusa de poner a la venta paneles de aluminio inflamables.

Paneles con polietileno

Dichos paneles se denominan “larson pe”, según otro informe más del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, fechado en junio de 2015. El estudio cifra, como mínimo, a parte del hospital cartagenero, 14 edificios en España recubiertos con este material, entre residenciales, centros comerciales y una terminal del puerto de Barcelona. Se trata de una especie de “sándwich compuesto” de placas lacadas de aluminio con partes de polietileno de baja densidad.

En concreto, por cada dos paneles de 0,5 milímetros de aluminio, se incrusta entre ambos tres milímietros de polietileno. En la actualidad se han dejado de fabricar, pero hasta hace unos años se instalaban en fachadas ventiladas, como la del Santa Lucía, en contra de los consejos expertos del CSIC, conformando un sistema que deja una cámara letal de aire entre el muro interior y el revestimiento. Por esa cavidad, alimentada de oxígeno, puede correr el fuego a gran velocidad cuando se origina. Los paneles del hospital Santa Lucía yacen ahora carbonizados sobre la terraza mientras los bomberos tratan de limpiar y analizar el desastre. Todo se produjo en cuestión de minutos: el polietileno, altamente combustible, disparó la voracidad de las llamas.

Bomberos de Cartagena trabajan en el análisis del incendio del Hospital Santa Lucía / Ayuntamiento de Cartagena

En torno a un centenar de pacientes tuvieron que ser evacuados, las llamas llegaron a algunas habitaciones y pasillos y el humo y las cenizas penetraron en el edificio por los conductos de ventilación, según relató una trabajadora del hospital a este periódico. La situación se descontroló en apenas 10 minutos. Las 7.15 de la mañana está fijada como la hora oficial de origen del fuego. A las 7.25, diez minutos después, el 112 ya había recibido cientos de llamadas alertando de que las llamas ocupaban gran parte de la fachada del hospital. Aún era de noche en la ciudad, pero el resplandor del fuego se podía contemplar a varios kilómetros de distancia.

Un material ya cuestionado

Los paneles compuestos con núcleo de polietileno han estado en el centro del debate internacional en materia de seguridad contra incendios desde hace poco menos de una década, especialmente tras la tragedia de la Torre Grenfell en Londres, en 2017. Aquel edificio estuvo ardiendo más de 60 horas y murieron en él 72 personas, aunque la autoridades británicas tardaron meses en aclarar la cifra exacta de fallecidos.

El incendio declarado hoy en el hospital cartagenero ha reavivado las dudas sobre las actuaciones que se han llevado a cabo desde la administración pública murciana para tratar de evitar que se produzcan fuegos de forma tan veloz en edificios, sobre todo teniendo en cuenta que en 2015 el mismo Santa Lucía fue protagonista de un incendio similar.

“Negligencia política”

María Marín, diputada de Podemos, el partido que logró sacar adelante en la Asamblea murciana la moción en febrero para que el Ejecutivo garantizase la seguridad del centro hospitalario, ha exigido de nuevo “una investigación inmediata”, y ha pedido depurar “responsabilidades políticas y técnicas”, subrayando “la sustitución urgente de cualquier material inflamable” de la fachada del complejo. “Hoy ha vuelto a arder lo que sabían perfectamente que podía arder. Y esto tiene un nombre: negligencia política”. “Cuando un gobierno antepone el ahorro a la seguridad pública, está aceptando que un hospital entero quede expuesto a un incendio como el de esta mañana”, ha dicho.

El complejo sanitario de la ciudad portuaria otorga servicio a 279.000 usuarios de los municipios de Cartagena, Fuente Álamo, Mazarrón y La Unión. Alberga en su interior 630 camas. Un centenar de pacientes correspondientes a los servicios de oncología, medicina interna y neurología ya han sido realojados en otros hospitales de la Región de Murcia, según han confirmado desde la Consejería de Salud. En el Santa Lucía trabajan unas 3.000 personas.

Hasta la fecha no se ha elaborado por parte de las comunidades autónomas, tampoco en la Región de Murcia, un inventario de edificios peligrosos que catalogue y ubique todas las construcciones públicas o privadas susceptibles de arder con facilidad en caso de incendio. Es una incógnita el total de edificios que hay en el país recubiertos con este tipo de sándwiches de aluminio y polietileno.