En esta época del año, cada persona, ya sea que esté en su casa, en su trabajo, o haciendo deporte siente la importancia de hidratarse y encontrar pequeños momentos de frescura. Pero también es una oportunidad para recordar algo que nos involucra a todos: cuidar el agua es cuidarnos mutuamente.
El calor nos desafía, pero también nos invita a ser más conscientes
En jornadas de altas temperaturas, el cuerpo pierde agua más rápido. Y eso nos recuerda que la hidratación no debe esperar a la sed: debe acompañarnos. Un vaso de agua fresca al despertar, una botella en la mochila, una pausa breve en medio del día para recargar energía.Pequeños gestos, grandes diferencias.
Refrescarse sí, derrochar no
Todos queremos aliviar el calor. Pero hacerlo de manera responsable es parte de un compromiso

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