Las autoridades de los sectores de Cultura, Ambiente y Comercio Exterior y Turismo han implementado cambios significativos en la gestión del Santuario Histórico de Machupicchu. Esta intervención conjunta busca ordenar los accesos, mejorar la conservación y aumentar la transparencia en la información para todos los involucrados en la actividad turística.

La decisión no es un hecho aislado, sino parte de un proceso que responde a las demandas de operadores y visitantes que requieren previsibilidad en un destino con un flujo constante de turistas. Desde el 17 de noviembre, se ha iniciado la venta anticipada de boletos, facilitando así una programación clara para las rutas del Camino Inka y los ingresos a la Llaqta. Esta medida ha sido bien recibida por agencias y turistas, quienes ahora cuentan con rutas definidas para sus planes de visita.

El compromiso intersectorial también incluye la firma de un convenio específico que permitirá realizar un nuevo estudio de capacidad de carga en el Santuario Histórico. Esta herramienta técnica tiene como objetivo establecer parámetros precisos para la gestión del espacio monumental. “Será una herramienta indispensable para la gestión sostenible del sitio”, afirmaron los sectores involucrados durante el anuncio oficial.

Además, se está llevando a cabo una revisión integral del marco normativo que regula las actividades de turismo y conservación, con la participación de todos los sectores competentes. El objetivo es unificar criterios, corregir vacíos y alinear responsabilidades.

En el ámbito tecnológico, el Ministerio de Cultura ha lanzado una plataforma renovada para la venta de boletos, que incluye estándares mejorados de seguridad, transparencia y control. Paralelamente, se ha iniciado la capacitación técnica para los equipos de los tres ministerios participantes, con el fin de ofrecer información precisa a los operadores turísticos y resolver dudas frecuentes que puedan afectar la experiencia de los visitantes.

Los ministros han solicitado a la Secretaría Técnica de la Unidad de Gestión de Machupicchu que convoque a una sesión del Comité Directivo. Esto tiene como propósito informar al Gobierno Regional del Cusco y a las autoridades locales sobre los avances de las medidas aplicadas. Los sectores han coincidido en que “la solución a los desafíos que enfrenta Machupicchu exige una intervención articulada y sostenida”, reafirmando su compromiso de proteger y administrar de manera responsable este importante patrimonio cultural.

Sin embargo, estas acciones se producen en un contexto de observaciones por parte de la Contraloría General de la República. En septiembre, se publicó un informe que reveló fallas en la atención presencial en la boletería del Centro Cultural Machupicchu. La inspección realizada a finales de agosto detectó desorganización en el servicio al público y deficiencias en la seguridad de los fondos recaudados. El informe destacó que la máquina contadora de billetes estaba fuera de servicio y que no había un detector de billetes falsos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la gestión actual del sitio.