No debe ser un asunto menor que estos crímenes, de niñas, niños y adolescentes, han tenido el mismo destino que los homicidios de los adultos: la mayoría, siguen en impunidad.

La ola de violencia que ha padecido Sinaloa durante casi 15 meses ha tenido entre sus víctimas a un grupo de la población sobre la que poco se ha prestado atención y sobre la que no se ha planteado hasta ahora cómo protegerlos.

Se trata de las y los menores de edad que han sido asesinados por los integrantes del crimen organizado, que no sólo han generado un nivel de mortandad como pocas veces en la historia de la entidad se ha tenido.

El Informe Diario que elabora Noroeste da cuenta que hasta el martes, en este período de crisis iniciado en septiembre de 2024, se han registrado 2 mil 383 asesinatos, un promedio d

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