La víctima se resistió y la agresora reaccionó con brutalidad: con un arma blanca le causó cortes en la rodilla y ambas muñecas. Los gritos alertaron a vecinos del sector, que intervinieron rápidamente para separarlas. Minutos después, un agente de Guardia Urbana logró demorar a la atacante hasta la llegada del móvil policial.

Pero la situación no terminó ahí. La hermana de la agresora apareció en la escena e intentó impedir la detención, golpeando y pateando a los efectivos, dejando a uno de ellos con lesiones visibles. También fue reducida y aprehendida.

En el lugar, la Policía constató que la atacante violaba un arresto domiciliario vigente y que llevaba colocada una tobillera electrónica, cuyo sistema ya había emitido alerta por incumplimiento. Su hermana tampoco estaba en regla: ten

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