La crisis de despidos en Whirlpool y otras plantas clave expone la maniobra de las patronales para descargar el ajuste sobre las familias trabajadoras. Su plan de negocio es: cerrar la producción local y convertirse en simples importadoras. La clase trabajadora, que constituye la enorme mayoría del país, tiene la potencialidad y la fuerza para tomar el control de todos los recursos estratégicos de la economía nacional.

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