Cuando se habla de alimentación saludable, la dieta mediterránea es la que siempre toma protagonismo. Basada en los hábitos culinarios de España, Italia, Francia y Grecia, entre otros países, este modelo de alimentación busca priorizar los alimentos frescos y mínimamente procesados para tener una mejor salud.

Pero no se trata solo sobre qué comer, sino también cómo preparar los alimentos.

La evidencia científica muestra que esta dieta tiene muchos beneficios para la salud, como el control del peso, la protección del corazón, la prevención de enfermedades crónicas (diabetes, Alzheimer, entre otras) y la desinflamación del cuerpo.

Y aunque a simple vista parezca difícil de lograr, la realidad es que se puede aplicar con facilidad en las comidas de todos los días de forma equilibrada.

Qué

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