Editorial

Sánchez también está ya en una cárcel simbólica

La indecencia de un presidente ilegítimo no puede continuar y la democracia ha de encontrar ya la fórmula urgente para desecharle

El ingreso en prisión de José Luis Ábalos y de Koldo García, unido al previo de Santos Cerdán, confina en una cárcel política simbólica al propio Pedro Sánchez, cuya carrera es deudora de los tres anteriores.

Entre todos ellos le afinaron las primarias con las que se puso al frente del PSOE, quizá con trampas y métodos políticos y financieros deleznables; le engrasaron la moción de censura que convirtió al peor candidato de la historia de su partido en presidente y le garantizaron, por último, los oprobiosos pactos con todos los dirigentes y partidos fuera de la ley y en todo caso incompatibles con la

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