Fue en los días de The Wall (1979), cuando Pink Floyd llevaba al máximo su credo en los espectáculos en directo levantando un muro real en el escenario. Por entonces, Roger Waters concedió una entrevista al Melody Maker, donde se explayó sobre las claves del disco.

Ahí detalló cómo en la gira del título previo, Animals (1977), comenzó a ver el problema de la alienación en un espectáculo de rock como algo preocupante. “Es algo que encontré deprimente en el rock ‘n’ roll y eso es lo que vi como deprimente en la gira que hicimos en el 77, solo que me pareció que no se trataba de músicos y público disfrutando de estar en compañía de los demás; solo un grupo de personas tocando y los demás escuchando o mirando o lo que sea. Una serie de situaciones donde la respuesta estaba condicionada y era

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