Votar para no mandar
Jorge Camargo
El desempoderamiento del pueblo es la paradoja central de la democracia liberal contemporánea: se vota, pero se decide cada vez menos desde abajo. Una minoría política y económica define el rumbo mientras amplias mayorías sólo son convocadas a las urnas para legitimar decisiones ya tomadas
En teoría, la democracia liberal garantiza derechos, división de poderes, elecciones libres y representación. En la práctica, cuando el poder real se concentra en élites, organismos opacos, grandes corporaciones o poderes fácticos armados, el pueblo se vuelve espectador. La frustración crece: la gente siente que participa, pero no gobierna; vota, pero no manda.
México encarna con crudeza esta crisis. La violencia criminal limita la libertad real de millones de perso

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