Desde que empezó a hacer sus pinitos en la vida política norteamericana, el actual secretario de estado y exsenador de Florida, Marco Rubio, siempre dejó claro que le interesaban las relaciones internacionales.

Nacido en EE.UU. en una familia modesta de emigrantes cubanos, Rubio se dedicó a la política desde que aún era estudiante, cuando trabajó como voluntario para la congresista, también de origen cubano y del Estado de Florida, Iliana Rosa Letinen y, desde poco antes de cumplir los 30 años, su subida ha sido meteórica: de congresista en su Estado natal de Florida, a senador en Washington, a ministro de Exteriores en la segunda administración de Donald Trump

Sus ambiciones eran aún más altas, pues ya en 2015 presentó su candidatura presidencial pero, como otros compañeros de fatigas,

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