El ambiente en el vestuario del Real Madrid vuelve a cargarse de tensión. Y el foco, otra vez, cae sobre Gonzalo García , un jugador que siempre muestra compromiso y entrega. Que se lo deja todo en los entrenamientos y en los minutos que tiene sobre el verde. Pero que sigue recibiendo un trato difícil de entender. La última prueba llegó en Montilivi , en un partido espeso, bloqueado, el típico choque donde el equipo necesita una referencia clara arriba. Pero Xabi Alonso decidió mirar hacia otro lado.

El equipo no funcionó. Faltaba profundidad, remate y presencia. Y cuando todos en el banquillo sabían que el partido pedía un delantero con potencia, llegada y juego aéreo, Alonso volvió a dejar a Gonzalo esperando. Su entrada en el minuto 90 , sin tiempo para influir, fue vista den

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