El transporte público está experimentando una profunda modernización gracias a la adopción de sistemas de pago sin contacto. Esta transición, que comenzó en grandes ciudades del hemisferio norte, se expandió a América Latina, Asia y África en los últimos años. Los resultados son visibles: mayor eficiencia operativa, reducción de tiempos de abordaje y una experiencia de usuario más fluida.

En los sistemas tradicionales, el pago con efectivo generaba varios problemas: largas filas, dificultad de control contable, robos y altos costos logísticos. La llegada de tarjetas inteligentes, códigos QR y pagos con dispositivos móviles simplificó el proceso. Los pasajeros ahora pueden validar su viaje en segundos, lo que reduce las congestiones en horas pico.

Los beneficios se extienden a la administ

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