Hay algo en la cercanía al agua que modifica la manera de habitar una ciudad. Tal vez sea la sensación de amplitud visual, el aire más fresco o la posibilidad de tener un horizonte despejado que interrumpe la densidad urbana. En Buenos Aires, esa conexión con el río se volvió un privilegio silencioso, cada vez más buscado por quienes priorizan calidad de vida por encima de la velocidad cotidiana.
En los últimos años, la zona norte porteña experimentó una transformación profunda. Los barrios que bordean el corredor costero, especialmente Núñez, se consolidaron como una alternativa atractiva para vivir y para invertir. No es casual: la combinación entre naturaleza, conectividad y servicios genera un equilibrio poco frecuente en la ciudad.
La vida junto al corredor costero
Caminar por el b

Uno Entre Ríos

The Conversation
Sarasota Herald-Tribune Sports
Motosport F1 Mercedes
Raw Story