Durante el siglo XX, Medellín vivió un esplendor industrial que le permitió convertirse en el principal centro manufacturero de Colombia. El sector textil lideraba la fuerza pujante de la ciudad, pero aquel brillo de la capital de Antioquia terminó apagándose por la violencia que inundó sus calles a finales de los años 80 y comienzos de los 90. Justamente por esos años, Medellín soñaba con replicar el éxito de su ferrocarril con un Metro de Medellín que transformaría la movilidad de la ciudad.

En 1983, año en que se abrió la licitación de la obra, el presidente Belisario Betancur lanzó unas palabras que presagiaban el enorme reto que tendría aquella construcción: “¿No hicimos el ferrocarril en plenas guerras civiles?”, dijo al recibir el acta de renacimiento de Antioquia. La idea del Metr

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