Xavier Bosch se sube la manga de la camisa y muestra la piel de gallina. Está acostumbrado a asistir a clubes de lectura, presentaciones y festivales, pero no a institutos. “El público es muy distinto y no sabía qué iba a encontrarme si iba una. ¿Les gustará leer? ¿Se aburrirán si me pongo a hablar de literatura?”. Las dudas eran razonables pero no tan grandes como para echarle para atrás, así que cuando la delegación barcelonesa que viaja estos días a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en México, la cita editorial más grande del mundo en español, le propuso de visitar una escuela para hablar con un grupo de jóvenes de sus historias, dijo que sí.

El centro en cuestión es la Preparatoria ocho, a unos cuarenta minutos en coche de la feria. La profesora de literatura Natz

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