A una semana de la jura de los nuevos concejales, el clima en el Honorable Concejo Deliberante de Chivilcoy está lejos de la calma. Las conversaciones existen, los encuentros se multiplican y las versiones cruzadas se alimentan entre sí. Pero lo único que, por ahora, admiten varios de los protagonistas es lo mismo: “No tenemos nada cerrado”.

La ausencia del intendente Guillermo Britos -de licencia por la intervención quirúrgica de su esposa- y la presencia del ingeniero Eduardo De Lillo como intendente interino agregan un condimento extra a una transición que, aunque institucional, se vuelve más política día a día. Las definiciones de cargos clave del Concejo siguen en suspenso, y eso mantiene en vilo a todo el arco político local.

Presidencia y Secretaría: las sillas que todos miran

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