La abundante y hasta excesiva artesanía que genera Michoacán frente al escaso desarrollo industrial es francamente contrario para impulsar el crecimiento económico que la entidad requiere y para lo cual cuenta con los recursos naturales y humanos para su industrialización.

Mientras que las fábricas son empresas formales que cubren la reglamentación normativa, los talleres artesanales son meros emprendimientos familiares, heredados por generaciones, informales, caóticos, que no generan empleos, carentes de proporcionar seguridad social, que no pagan impuestos y prácticamente de subsistencia familiar.

El establecimiento de plantas y fábricas de grandes dimensiones como las de ensamble de autos, autobuses, camiones y autopartes, entre otras, genera más y mejores empleos, cobertura fiscal, c

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