Todo comenzó cuando detectó una bolita en uno de sus senos, la cual creció de forma evidente en apenas tres semanas. Ante el temor de enfrentar un diagnóstico grave, acudió de inmediato con especialistas.
Lupita contó que su preocupación aumentó tras escuchar la explicación de su ginecóloga sobre cómo diferenciar un quiste de un posible tumor maligno. Según lo que narró, la doctora le indicó que si la bolita se mueve o parece contener líquido, suele tratarse de un quiste; en cambio, una masa dura, fija y sin dolor podría ser indicio de cáncer.
El proceso médico continuó con un ultrasonido mamario para evaluar el bulto. La primera valoración resultó alentadora: el especialista no encontró signos asociados al cáncer de mama y le explicó que lo más probable era que se tratara de fibrosis, u

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