CIUDAD DE MÉXICO.- Una taza cae desde la mesa. El golpe dura un instante. El resultado queda en el piso: decenas de fragmentos de distintos tamaños. Algunos se pueden tomar con la mano. Otros apenas se ven. La pregunta es directa: ¿por qué no se rompe solo en dos o tres partes? ¿Qué define cuántos fragmentos se forman y de qué tamaño son?

Un estudio publicado en la revista Physical Review Letters aporta una respuesta clara. El físico Emmanuel Villermaux y su equipo proponen una ley matemática que explica cómo se fragmentan los objetos. La idea central es que, al romperse, los objetos siguen un patrón de máxima aleatoriedad, pero dentro de límites físicos.

El estudio no solo aplica a vidrio. También se cumple en espaguetis secos, gotas de agua, burbujas marinas y herramientas de pie

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