La cafetería gijonesa Dolce e Vero, ubicada en Álvarez Garaya, se ha transformado en los últimos días en una galería de arte. De sus paredes y columnas cuelgan cuadros que se combinan estos días con los dibujos de dulces y los nombres de las exquisiteces que se sirven a diario entre los clientes. El negocio hostelero transmutado en pinacoteca expone la obra de David García Riesco, uno de esos clientes habituales con vocación artística que convenció a la dueña, Verónica Blanco, para dar a conocer su obra en un espacio donde las obras de arte suelen ser las galletas, las tartas y los cafés.

David tiene 44 años y es valenciano de nacimiento, pero lleva más de media vida viviendo en Asturias adonde se mudó a vivir junto a sus padres y hermana en 2001. «La muestra surgió hablando un día con Ve

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