Para un liberal libertario, la economía desde luego no lo es todo. Hay otros ámbitos decisivos de la vida social donde el Estado también ha levantado un muro de intervencionismo que asfixia la libertad de las personas. La educación es, quizá, el más importante de todos ellos: quien controla la educación controla, a medio plazo, la mente de los ciudadanos.

En este contexto se entiende la ambición del nuevo proyecto de Javier Milei. Tras el buen resultado de La Libertad Avanza en las últimas elecciones de medio término, el Gobierno ha presentado el borrador de una Ley de Libertad Educativa que deroga la Ley Nacional de Educación de 2006, heredada del kirchnerismo, y que convertiría al sistema argentino en uno de los más libres del mundo, si no el más libre. La reforma descansa sobre tres pi

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