Un equipo internacional de investigadores desarrolló un sensor portátil que utiliza microagujas para determinar en menos de dos minutos si un pescado es fresco o debe desecharse. Este avance promete transformar la forma en que se evalúa la calidad de los productos del mar, al ofrecer una alternativa rápida y precisa a los métodos tradicionales basados en la inspección visual y olfativa.

La frescura del pescado suele evaluarse observando ojos claros, branquias brillantes y un aroma limpio. Sin embargo, estos signos solo aparecen en etapas avanzadas del deterioro, cuando los cambios químicos ya se produjeron. Los compuestos asociados con el inicio de la descomposición pueden formarse mucho antes de que existan signos visibles u olores desagradables.

Con el objetivo de superar est

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