Hace apenas unas horas, el Gobierno de Aragón , o al menos sus inspectores, decidía retirar la licencia de hotel a cuatro establecimientos , dos en Huesca, dos en Zaragoza que venían acogiendo migrantes bajo acuerdos de acogida humanitaria . Según la normativa, esos alojamientos habrían dejado de reunir las condiciones exigidas a un hotel, por el hacinamiento, el uso distinto al turístico o la ausencia de accesos diferenciados. La pérdida de las características por las que fueron registrados sólo les deja optar a ser hostales o pensiones .

Al mismo tiempo, en la capital aragonesa, el Ayuntamiento de Zaragoza procedió al cierre del Parque Bruil, desalojando a 25 personas sin hogar que dormían allí, colchones sobre el césped, campamentos improvisados que no paraban de crecer. El a

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