Parecía un trayecto tranquilo… hasta que dejó de serlo. Todo apuntaba a que Alba Carrillo y Cristina Cifuentes empezaban el día con suerte. A diferencia de otros equipos participantes de Hasta el fin del mundo , encontraron un autobús con destino a la ciudad peruana de Puno en un horario que les convenía para seguir compitiendo por los primeros puestos en esta quinta etapa de Hasta el fin del mundo .

Con unas siete horas de viaje por delante, ambas se acomodaron entre almohadas, listas para descansar durante la noche. Sin embargo, lo que no imaginaban era que, de haber sabido lo que les esperaba en aquella carretera oscura, quizá habrían preferido quedarse en tierra.

A mitad del camino, en una curva, el conductor del autobús perdió el control . Asustadas, miraban por las

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