Aunque los coches eléctricos ganan terreno, la mayoría de conductores en España sigue confiando en los motores de gasolina y diésel. Esto convierte las visitas a la gasolinera en una rutina casi diaria para millones de personas. Sin embargo, lo que parece un trámite sencillo puede esconder errores que terminan siendo muy costosos.

Uno de los fallos más habituales ocurre justo cuando el depósito ya está lleno . El surtidor está diseñado para detener el flujo de combustible automáticamente en ese momento, gracias a una válvula de seguridad que evita el rebose. A pesar de ello, muchos conductores insisten en apretar de nuevo la maneta del boquerel, convencidos de que así aprovechan más espacio en el tanque. Nada más lejos de la realidad.

Forzar la manguera no solo es inúti

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